jueves, 22 de diciembre de 2011

Capítulo 1// El origen.

Me despierto sin ver nada, cegada por el edredón que me cubría hasta el último pelo.
22 de diciembre, empiezan mis “Navidades perfectas” hasta ahora algo siempre me había impedido tener unas navidades lo suficientemente buenas como para recordar cada segundo.
Las primeras navidades que recuerdo me las pasé llorando, me daban miedo las luces, me daba miedo Papá Noel, me daban miedo los adornos del árbol, incluso algunas figurillas del gran Belén que monta mi familia cada año.
Y las siguientes no fueron mejores, que si una caída tras el alboroto de las uvas que me rompió un brazo, que si pasar los días en un asilo porque no podíamos sacar a la abuela de la cama…
Pero…¿Qué me podía impedir que unas Navidades como estas fueran perfectas?
Un viaje a Londres junto a mi prima Cris ¿Qué más podía pedir? Nada.
Tras una larga despedida, unas cuántas bromas de mi hermano menor diciéndome que no volviera con novio y que mi madre revisara si llevaba todo en la maleta me fui dirección al aeropuerto.
El avión, era normal, ni bussines ni ninguna de esas cosas para gente que no podía pasar más de 15 minutos sentado en algo que no estuviera acolchado por cada rincón.
Llegué antes de lo que me esperaba, cuándo me bajé del bus vi a Cris con una pancarta que ponía “LONDRES TE ESPERABA, PEQUEÑA” me fue fácil saber que era ella, sus ojos eran inconfundibles.
Nos abrazamos muy fuerte y sin esperar nos dirigimos a su casa, ya la había visitado varias veces así que no hacía falta que me explicase dónde estaba cada cosa.
-¡Cris, voy a comprar algo!
-¿Te acompaño?
-No hace falta, me conozco la zona.
Salí de casa mientras unos débiles copos caían sobre la ya nevada Londres, tenía pensado ir a una supermercado a por Champú pero me topé con una tienda de guitarras nueva y decidí entrar.
Me fijé en una eléctrica azul brillante y dos estrellas abajo a la derecha plateadas, cuando iba a preguntarle al dependiente cuánto costaba me choqué con un chico bastante fuerte, caí al suelo, el seguía sin inmutarse, me tendió la mano cubierta con un guante y me levantó.
-Lo siento.- Dijo con una voz muy profunda.
-No…no pasa nada.
Me quedé extrañada por sus ojos, eran marrones pero los bordes de un azul muy claro. Se dio cuenta de que me fijaba en ellos y rápidamente se puso las gafas de sol ¿Qué clase de persona se pone gafas de sol en plena Navidad? Pensé sin decir nada.
-Es por una enfermedad.
-¿El qué?
-Lo de los ojos.
-Ah… no, tranquilo, yo…
Se dio la vuelta para salir por la puerta sin dejar que terminara la frase, sin darle mayor importancia salí yo también de la tienda sin acordarme de preguntar el precio de la guitarra, vi de nuevo al mismo chico en un parque de enfrente hablando con otro chico con el pelo más oscuro, pasé para fijarme quién era.
-La curiosidad mató al gato.
-Y un adorno de árbol mató a Rudolf
Me giré para verle, el azul ocupaba más sitio en sus ojos y la otra persona no se quedaba corta, también tenía medio ojo azul- medio ojo marrón.
-Yo sólo… pasaba por aquí.
Los dos rieron.
-¿Quieres venir a dar una vuelta con nosotros? Vamos… lo estás deseando.
-¿Yo con vosotros? Ni aunque tuvierais la cura para el cáncer.
Rieron de nuevo, comenzaron a andar y sin saber por qué mis pies empezaron también empezaron a moverse por más que le mandaba señales a mis piernas para que pararan no me hacían caso.
Llegamos a una casa muy grande, y me invitaron a entrar, tras negarles la invitación de mala manera, de nuevo mis piernas decidieron tomar decisiones por sí solas.
-No sabes dónde te has metido.
El chico que no conocía me cogió del brazo y me tiró sobre un sofá mientras ellos se sentaban en otro.
-¿Sabes? Los vampiros necesitan sangre para mantenerse atractivos.
-Bueno, la opción de que seáis vampiros se descarta, ya que de atractivos tenéis poco.
-Bien… arrogante hasta el último suspiro.
-No soy arrogante, soy Natalia, encantada. ¿Me dices que quieres o lo dejamos para cuándo seas un vampiro?
- Yo soy Niall. Toda víctima merece una explicación de porqué va a morir.
-¿Qué pasa?¿Seré la cena de Nochebuena y me podréis una manzana en la boca?
Los ojos de Niall se convirtieron en totalmente azules.
-Verás, nosotros somos Haskurts, una especie muy rara que conforme las ganas que tengan de matar a la persona que los mira, cambian más de color sus ojos.
-Fíjate en los nuestros.- Dijo el amigo de Niall que supuestamente se llamaba Harry.
-Son… azules.
-Eso significa que o te matamos o se nos quedará este color hasta que lo hagamos, esto conlleva sufrir bastantes ataques parecidos a los epilépticos. Ahora haznos la pregunta más obvia.
- ¿Qué pasa después de que me matéis?
No me contestaron simplemente algo se metió en mi cuerpo y dijo: “Te dejo 10 segundos”
10- Y me retorció el dedo meñique de la mano hasta rompérmelo.
Hizo lo mismo con los otros 9 dedos, haciendo que cada vez gritase más del dolor.
Se acercó Harry y apartándome la cara de un fuerte golpe mordió mi cuello haciendo que gritase más, el dolor era insoportable y me desmayé.
Me desperté ahogando un grito en mi garganta, estaba en casa de Cris, y ella entró muy contenta felicitándome feliz Navidad y preguntándome si me encontraba mejor.
Al parecer había estado 2 días con mucha fiebre, me levanté y fui al baño a lavarme la cara, cuándo me miré al espejo y vi mis ojos.
Con unas pequeñas manchas azules en mis ojos casi negros.
Desayuné con Cris y rápidamente salí de casa pese a que me dijo que me quedase que había estado muy enferma y me iba a ir mal.
Volví a la tienda de guitarras para ver si me volvía a encontrar al tal Niall, también pasé por el parqué e incluso intenté llegar hasta la casa pero nada, me senté en un banco desconsolada viendo cómo jugaban los niños y ocultando mis ojos.
Alguien se sentó a mi lado, no le miré por evitar momentos incómodos por el color que tenían ahora mis ojos que eran más bien tirando a tenebrosos que a bonitos.
-Progresas rápido.- Dijo la persona que se había sentado junto a mí.
Esa voz. Le miré a los ojos, los tenía completamente marrones ahora.
-Eres la persona más ruin que he conocido en toda mi maldita vida.
-Uuh, verás las reglas no son así.
-¿Reglas?¿Me vas a venir a decir tú las reglas que tengo que cumplir?
-Debido a que fue alguien de mi clan el que te convirtió, es lógico.- Dijo casi mofándose de mí.
-Me importa bastante poco quién me haya convertido en esto, yo no voy en manada.
-Ya me lo contarás cuando no entiendas ciertas cosas que te pasen.
-Nunca he dicho que no quiera ayuda.
Niall negó con la cabeza mientras sonreía.
-Esta tarde, en este mismo banco, vendremos todo el clan y te enseñaremos todo lo que tienes que saber.
------------------------------------------------------------------------------------------
¡Bienvenidos! Espero que os haya gustado este primer capítulo, todo es inventado, es decir que no existe esta especie de coso raro xD
El caso es que me dejéis comentarios y tal.
Con amor, Nat <3